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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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02-12-2015

 

 

Odiosas comparaciones

 

SURda

 

Ecología social

Víctor Bacchetta

 

La rotura de un embalse de relaves de la Mina do Germano, en el municipio de Mariana, estado de Minas Gerais, el 5 de noviembre, es la mayor catástrofe ambiental de la minería en Brasil.

 

Germano pertenece a la empresa Samarco, formada por una asociación en partes iguales entre Vale y Bhp Billiton, dos de las tres mayores productoras de mineral hierro del mundo.

El derrame de Samarco provocó la muerte de unas 25 personas, algunas aún desaparecidas, y sepultó a Bentos Rodrigues, un poblado de 600 personas a 2,8 quilómetros del dique, que el barro recorrió en 40 minutos. El lodo mató flora y fauna en 83 mil quilómetros cuadrados, equivalente a medio Uruguay.

A los 15 días del derrame el lodo había recorrido 650 quilómetros de los ríos Piracicaba y Doce, hasta llegar al Atlántico, destruyendo la vida en su camino y causando la suspensión del suministro de agua potable en decenas de poblados, afectando a unas 250 mil personas.

Por tener una serie de características similares con Aratirí, a continuación presentamos unas comparaciones básicas entre el embalse de Samarco y el propuesto para extraer hierro en Uruguay.

Samarco explotaba un yacimiento de itabirito con hematita (óxido de hierro) con un tenor de 53 por ciento de hierro. Las reservas estimadas eran de 400 millones de toneladas de mineral, de las cuales pensaba producir entre diez y quince millones de toneladas anuales de pellets, pelotitas de concentrado
de hierro con un tenor de 67,5 por ciento de dicho material. La extracción en la Mina do Germano comenzó en 2007 y tenía previsto terminar en 2022, un ciclo de vida de 15 años.

El dique de la represa que se rompió (Barragem do Fundão) comenzó con una altura de 40 metros y llegaría a una altura de 140 metros. Al final de la operación se preveía que el lago de la represa almacenara unos 250 millones de metros cúbicos y cubriera 292 hectáreas. En 2015 tenía una altura de 100 metros y la superficie cubierta era de unas 177 hectáreas.

Por cada tonelada de mineral se generaba media tonelada de desechos con arsénico, cadmio, plomo, cromo, níquel, cobre y mercurio, según el Instituto Minero de Gestión de Aguas. La rotura del Barragem do Fundão derramó unos 62 millones de metros cúbicos.

Aratirí propuso explotar el yacimiento de Valentines (magnetita con 28 por ciento de hierro), calculando una reserva de 600 millones de toneladas de mineral, a partir del cual produciría 18 millones de toneladas anuales de concentrado de hierro con un tenor cercano a 65 por ciento de ese material.
El plan era comenzar en 2011 un ciclo de vida de 15 años, contando tres para las obras iniciales.

El embalse de relaves era un depósito con un área de captación de 3.700 hectáreas sobre la cuenca del arroyo Las Conchas, que de­semboca en el lago de la represa de Rincón del Bonete, en el Río Negro. Cuando alcanzara sus dimensiones finales el dique de la represa tendría una altura de 51 metros, una cresta de 110 y el área de depósito de los relaves cubriría 2.420 hectáreas.

Para producir 18 millones de toneladas anuales de hierro, Aratirí debía procesar 55 millones de toneladas de mineral. Cada tonelada de mineral generaría unos dos tercios de tonelada de relaves, por lo que se preveía una capacidad final de almacenamiento del embalse de 470 millones de metros cúbicos.

Germano es un yacimiento de hierro con bajo tenor, pero casi el doble más rico que Valentines. El embalse de Aratirí cubriría un área diez veces mayor que el de Samarco, con el doble de capacidad, porque en Valentines no hay elevaciones montañosas que le den mayor profundidad al embalse, y la cantidad de relaves de Aratirí sería mayor por ser un yacimiento más pobre.

Una investigación reciente mostró que las fallas graves de los embalses de relaves han aumentado por las actuales prácticas de construir embalses mayores a 5 millones de metros cúbicos, como forma de asegurar la rentabilidad de la inversión en la explotación de yacimientos pobres, y también que las mineras no pueden pagar, ni garantizan, el seguro para cubrir los costos de las catástrofes.

Artículo publicado en Brecha y enviado por Fernando Moyano

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